Acta notarial

1. É verdade que som umha idiota, mas isso nom impede que poida distinguir ou entender as cousas.
2. Bueno, um menos, um menos e o pior é que nom hai renovaçom do plantel de quem merece o benefício da dúvida.
3. Meu deus, acabo de ver um anúncio de 1 hipoteca que di "50 años para pagarla. ¡Qué grande es ser jovem!". Bo milaghre!! E tam grande, longo e penoso que tem que ser...
4. Foda-se, tampouco tenho umhas tetas tam espectaculares. E nom levava nem 1 cm de decote!
5. É a primavera ou o cheiro do fairi é diferente??
   
6. Creo que aquilo co outro (vide ponto 2) é o mais parecido com romperem-me o coraçom que me vai passar na vida.
7. Num dos filmes que vim hai pouco, ultimamente vejo pélis de mais para a minha média habitual, falavam de que o único pecado era o roubo, assi quem mata, rouba o dereito á vida; quem engana, rouba o dereito a à verdade e tal. Em realidade, eu penso (grande cousa que eu pense, enfim) que o que mais a mim me dói é a deslealdade. Que pode ter muitas formas, como o roubo. Pode-se ser sincero e completamente desleal; pode-se ser infiel e leal. E quem é desleal é porque nom nos quere. Nom se trata, tampouco, de beijar o chao por onde piso. Mas nom sei exactamente que queria dizer com isto tudo...
   
8. Y si necesito amor, encenderé el radiador.

O outro dia

deveu-me picar umha aranha
ou algo
ao chegar a Santiago
justo antes de te ver.







[Imagem]

I can't bear it

Senseless

Esta noite sonho contigo.
E depois à tarde vejo que tenho um e-mail teu.

Que cousas.

Me engana que eu gosto

Fiando, fiando um dia entre maçaroca e maçaroca, saiu isto que hai quem adora e que, com essa sonoridade luminosa de céu de verao espelhado na auga, poderia valer como tranquila introduçom à primavera, que dizem por aí que seica chegou.

E enredando a meada, chegou-se a estoutro:



Canção de embalar, literalmente, deliciosa. De ponher umha e outra vez. E entre cores e danças, a madeixa derivou até chegar aos amigos coloridos ou amigos com direito a roce, que quanto mais coloridos menos amigos, talvez pola lendária incapacidade dos rapazes de fazer mais de umha cousa a um tempo. Ainda bo é que o vamos sabendo...

Adoro quando te deixas levar assim
Fechas os olhos e danças só para mim
Uma dança tua
Mistura de não vem que não tem
Com um sorriso porém que me diz que o teu desdém
É só a manhã de alguém
Que diz que vai mas que vem
Me engana que eu gosto...

Março, marçola, trevom e raiola

Em dias como hoje, que começam e terminam atravessados, custa-me determinar se é que som umha incompreendida ou umha inadaptada. O caso é que fai um frio do demo e até seica dam neve a 600 metros! Se vinhessem nuves, tocava, eh. Em março e coas maceiras (parece-mo) em flor, nom me chega a memória para saber se é normal ou nom, como leitores mais observadores e experientes saberám. Mas se quadra é pola lua destes dias que as cousas se torcem e nom pola devoçom, o turisteo (a falta dele) e o frio polar.

Descobrindo, como descubro juntando casualidades detalhadas, as pessoas
atrás das pessoas
ou atrás dos perfis do blogger,
talvez seja igual de fácil que me descubra eu ou que me descubram a mim.

Meu deus! A história da minha vida!

Isto de viver no borbulhante centro cultural do país só me fai sentir cada vez mais idiota (e já vinha do sul com umha boa bagagem, nom pensem!).
Menos mal que nos quedam as colónias de ultramar.

Hay que ser realmente idiota para...

Hace años que me doy cuenta y no me importa, pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me parece un tema muy desagradable, especialmente si es el idiota quien lo expone. Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda, pero prefiero ponerla de entrada y calentita sobre el plato aunque los amigos la crean exagerada, en vez de emplear cualquier otra como tonto, lelo o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada grave pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo en el teatro, yo voy al teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o de bailarines tailandeses y es seguro que apenas empiece la función voy a encontrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o los gestos o las danzas me llegan como visiones sobrenaturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de ir esa noche al teatro o al cine o a una exposición de cuadros, a cualquier sitio donde gentes extraordinarias están haciendo o mostrando cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo.
Y así estoy deslumbrado y tan contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y sigo aplaudiendo a los actores, y le digo a mi mujer que los mimos checos son una maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y se ve avanzar un pez fosforescente a media altura es absolutamente inaudita. Mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos, y además casi siempre hay con nosotros algún amigo que también se ha divertido y ha aplaudido pero nunca como yo, y también me doy cuenta de que está diciendo con suma sensatez e inteligencia que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar que los colores de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante adocenada y cosas y cosas. Cuando mi mujer o mi amigo dicen eso -lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad- yo comprendo que soy idiota, pero lo malo es que uno se ha olvidado cada vez que lo maravilla algo que pasa, de modo que la caída repentina en la idiotez le llega como al corcho que se ha pasado años en el sótano acompañando al vino de la botella y de golpe plop y un tirón y ya no es más que corcho. Me gustaría defender a los mimos checos o a los bailarines tailandeses, porque me han parecido admirables y he sido tan feliz con ellos que las palabras inteligentes y sensatas de mis amigos o de mi mujer me duelen como por debajo de las uñas, y eso que comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el espectáculo no ha de ser tan bueno como a mí me parecía (pero en realidad a mí no me parecía que fuese bueno ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco). Y jamás se me ocurriría discutir con mi mujer o con mis amigos porque sé que tienen razón y que en realidad han hecho muy bien en no dejarse ganar por el entusiasmo, puesto que los placeres de la inteligencia y la sensibilidad deben nacer de un juicio ponderado y sobre todo de una actitud comparativa, basarse como dijo Epicteto en lo que ya se conoce para juzgar lo que se acaba de conocer, pues eso y no otra cosa es la cultura y la sofrosine. De ninguna manera pretendo discutir con ellos y a lo sumo me limito a alejarme unos metros para no escuchar el resto de las comparaciones y los juicios, mientras trato de retener todavía las últimas imágenes del pez fosforescente que flotaba en mitad del escenario, aunque ahora mi recuerdo se ve inevitablemente modificado por las críticas inteligentísimas que acabo de escuchar y no me queda más remedio que admitir la mediocridad de lo que he visto y que sólo me ha entusiasmado porque acepto cualquier cosa que tenga colores y formas un poco diferentes. Recaigo en la conciencia de que soy idiota, de que cualquier cosa basta para alegrarme de la cuadriculada vida, y entonces el recuerdo de lo que he amado y gozado esa noche se enturbia y se vuelve cómplice, la obra de otros idiotas que han estado pescando o bailando mal, con trajes y coreografías mediocres, y casi es un consuelo pero un consuelo siniestro el que seamos tantos los idiotas que esa noche se han dado cita en esa sala para bailar y pescar y aplaudir. Lo peor es que a los dos días abro el diario y leo la crítica del espectáculo, y la crítica coincide casi siempre y hasta con las mismas palabras con lo que tan sensata e inteligentemente han visto y dicho mi mujer o mis amigos. Ahora estoy seguro de que no ser idiota es una de las cosas más importantes para la vida de un hombre, hasta que poco a poco me vaya olvidando, porque lo peor es que al final me olvido, por ejemplo acabo de ver un pato que nadaba en uno de los lagos del Bois de Boulogne, y era de una hermosura tan maravillosa que no pude menos que ponerme en cuclillas junto al lago y quedarme no sé cuánto tiempo mirando su hermosura, la alegría petulante de sus ojos, esa doble línea delicada que corta su pecho en el agua del lago y que se va abriendo hasta perderse en la distancia. Mi entusiasmo no nace solamente del pato, es algo que el pato cuaja de golpe, porque a veces puede ser una hoja seca que se balancea en el borde de un banco, o una grúa anaranjada, enormísima y delicada contra el cielo azul de la tarde, o el olor de un vagón de tren cuando uno entra y se tiene un billete para un viaje de tantas horas y todo va a ir sucediendo prodigiosamente, las estaciones, el sándwich de jamón, los botones para encender o apagar la luz (una blanca y otra violeta), la ventilación regulable, todo eso me parece tan hermoso y casi tan imposible que tenerlo ahí a mi alcance me llena de una especie de sauce interior, de una verde lluvia de delicia que no debería terminar más. Pero muchos me han dicho que mi entusiasmo es una prueba de inmadurez (quieren decir que soy idiota, pero eligen las palabras) y que no es posible entusiasmarse así por una tela de araña que brilla al sol, puesto que si uno incurre en semejantes excesos por una tela de araña llena de rocío, ¿qué va a dejar para la noche en que den King Lear? A mí eso me sorprende un poco, porque en realidad el entusiasmo no es una cosa que se gaste cuando uno es realmente idiota, se gasta cuando uno es inteligente y tiene sentido de los valores y de la historicidad de las cosas, y por eso aunque yo corra de un lado a otro del Bois de Boulogne para ver mejor el pato, eso no me impedirá esa misma noche dar enormes saltos de entusiasmo si me gusta como canta Fischer Dieskau. Ahora que lo pienso la idiotez debe ser eso: poder entusiasmarse todo el tiempo por cualquier cosa que a uno le guste, sin que un dibujito en una pared tenga que verse menoscabado por el recuerdo de los frescos de Giotto en Padua. La idiotez debe ser una especie de presencia y recomienzo constante: ahora me gusta esta piedrita amarilla, ahora me gusta L'année dernière à Marienbad, ahora me gustas tú, ratita, ahora me gusta esa increíble locomotora bufando en la Gare de Lyon, ahora me gusta ese cartel arrancado y sucio. Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la conciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando al suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.
Cortázar, Julio. La vuelta al día en ochenta mundos.

Trato de topar-lhe desesperadamente qualquer sentido a qualquer cousa.

E só me sinto carne de secta.

[Linda imagem daqui.]

Indecências!

Ante o tremendo sucesso da anterior proposta e a procastinação que coas suas más artes me fixo deixar o banho e a cozinha brilhantes como ouro que reloce, sem ânimo de me desculpar mas com as capacidades de discernimento do que é conveniente ou nom claramente afectadas polo colocón derivado de respirar os vapores produzidos pola mistura de diferentes químicos de diversos detergentes, procedo a encetar, deus me perdoe, o meu próprio e desventurado meme.

Os cinco blogueiros com quem foderia a noite toda (si, si, si, já sei, é o termo neutro, mas que querem, cansei-me de buscar um sinónimo engraçado, natural, moderno, juvenil e que nom fosse castelanismo, que complicado é foder em galego, foda-se) -ainda que umha semaninha inteira essa si que é muinhada:

O Kaplan e a Sun Iou Miou, por amor, sem dúvida.
O Homedareia, por essa voz que tem e porque sempre tivem umha debilidade secreta por perverter os bons nenos.
Os do Inseminario, por puro morbo. Hai que render culto aos clássicos, vejam-se as fantasias de sexo em grupo e tamém sempre me inspirarom um certo cenário bondage.
E, claro, nesta linha, um pouco por tudo o anterior e porque hoje sonhei com ele (!), o Clochard, para o perverter, pola sua evidente e a minha clandestina veia sado, muito muitao por provocar.
E até aí, que a minha vida social blogueira é bastante reducida (a ver se depois disto inda nom piora!), inda que "poucos pero escolhidos", isso sempre.

E agora nomino convido a este meme dos 5 blogueiros em quem foderias (que como tenha tanto sucesso como anteriormente, vamos finos) primeiro, a quem se tenha sentido aludido dos mencionados; depois, à Aultre, à X e, bom, vamos tirar-nos da moto, ao Paideleo (por convidar a brincar que nom seja! :P); finalmente, dado o carácter especialmente aberto da convocatória, a quem queira.

*Actualizaçom: A respeito dos termos técnicos para a foda itself, veja-se o comentário do post anterior! Muitíssimas graças!!! :D Alguns topara-os no voc. sexual de Vieiros, outros conhecia-os eu (que umha tem as suas limitaçons mas também as suas mais-valias! hehe) mas outros som novos e geniais. :)
Quedo com botar-vos um tento ou um caniflai e, desde logo, pasar-vos pola pedra!

Hipoteticamente

E digo eu, com tanto meme variado circulando por aí, porque nom nos centramos no importante e se propom um meme com umha lista dos 5 ou 8 blogueiros que gostariamos de conhecer? Biblicamente, entende-se. Porque, claro, conhecer-conhecer seria de umha ousadia terrível.

O número seria só orientativo, se tivessem mais ou menos (mas de maior intensidade, por exemplo :P) debilidades inconfessas, adiante, adiante, que hai absoluçom para todo o mundo. Vá, animem-se!

Mmmm, igual já o houvo e eu nom tenho notícia, que tamém pode ser...





PS.: E como caralho se diz "tirarse a alguien" em galego, por dios?!?!?!

Às vezes também convém deixar de querer controlá-lo tudo, que venha o destino botar a partida connosco e que jogue as suas cartas.

8 de Março...

...e a casa sem varrer!

[Imagem]

As pessoas interessantes quando se fazem as interessantes deixam de ser tam interessantes.
*Enfim*

-Quando as pessoas mudam (ou desmudam, no sentido de desaprender), podem ser conscientes do processo? Ou só se pode dar um conta do cambio no final do tunel em pós-visom retrospectiva? Oficialmente, pode um notá-lo ou só o podem notar os outros? E esta sorte de malestar poderia ser pola espada de Dâmocles da mudança?
-Ooohhh, please, so what?

What if they capture us? Said Mrs Bucket

What if they shoot us? Said Grandma Georgina

What if my head were made of green spinach? Cried Mr Wonka

Charlie and the Great Glass Elevator. Roald Dahl.
[O sublinhado é nosso! ;) ]

Luisa Mandou um Beijo - Amarelinha

Apesar de que a minha irmã di que o meu bloguio é aburrido, que tinha que ter mais narrações de corte pessoal (para a manter informada, chama-lhe burro ao cavalo), mais drama (mais!?), mais sexo (mais!?), mais rock'n'roll e que a minha "personalidade virtual" é super diferente da minha "personalidade real", eu penso duas cousas. A cousa a) é que é preferível que o meu alter ego se desenvolva mantendo um bloguio entediante a que se manifeste em forma de assassina em série e a cousa b) é que nom penso que seja tam diferente, é certo que som duas maneiras de esconder-se, mas no fundo é a mesma cousa.

Saiba que nom é o mesmo estar nu do que estar desvestido.

[Imagem de Carlos Morales Mengotti, topada no fantástico mas inactivo canto do xc.]

A selecçao não jogou nem bem, nem mal, antes pelo contrário...

Nunca lhe tivem amor, nem sequer amizade de cortesia, ao fútebol, fora da eurocopa do 2004 por motivos meramente circunstanciais. Resultava-me de umha gélida indiferença e até me produzia, por quê nom dizê-lo, um certo desprezo. As páginas da secçom de "Deportes" dos jornais, passadas todas de umha vez; zapping automático em quanto acabava o informativo anedótico estándar e davam passo aos frescos e joviais jornalistas esportivos e assim e, na casa, nunca ninguém foi seareiro nem sequer apreciador desse tal esporte. O máximo que se via era o ténis ou o ciclismo depois de comer, aínda que lembro como trilha sonora dos domingos de volta da "aldeia" da minha infância a sintonia de "Carrusel Deportivo" e os resultados das quinielas: Rayo Vallecano-Real Sociedad: uno; Valencia-Racing: equis; Deportivo de La Coruña-Zaragoza: cero! A verdade é que ainda agora nom sei se nesse programa se dam as quinielas ou se estou misturando cousas, mais já se sabe que a memória constrói as lembranças como mosaicos.


Como nom me bastava com ter uns vizinhos que sempre que hai partido, especialmente se joga o Madrid, começam a deleitar-nos com umha sessom de ouveos e gritos desaforados coma, imagino, macacos no cio, agora resulta que um dos companheiros de piso fai o mesmo se joga o Sevilha. A parte dos berros durante os jogos, claro, o de macaco em cio isso é todos os dias. E está meio surdo. E o volume é ajeitado ao seu nível de surdez com o que, consequentemente, toca apandar co irritante som produzido polos locutores com mais frequência do que recomendam a OMS e a Conselharia de Sanidade. Mas nom só nos partidos, também nas horas dos telejornais e quando hai programas esportivos, ou seja, futebolísticos em geral.
Tudo isto resolve-se em que a minha indiferença indolente inicial está-se transformando numha crescente irritação que acabará em ódio visceral com derramamento de sangue se nom tomamos medidas drásticas que passam por calendários dos artistas nus ou diversas pérolas*:
"Reparem como os jogadores do Bayern movimentam-se descrevendo figuras geométricas .. O futebol é uma arte plástica..."


[*Botem um olho, que vale a pena! :D É destas pequenas cousas que se fai a felicidade, ai...]

Salto alto

O certo é que, além da sensaçom mistura entre vertigem e superioridade (ia escrever elegância, mas, enfim, isso nom som eu quem o pode dizer) que dá, andar empoleirada em 8 cm* produz algum tipo de efeito nos homes com os que se cruza umha mulher enquanto se balanceia e percute ritmicamente com os tacons nas pedras do chao. Ou ao menos, percebim varias olhadas dessas por parte de vários da recua de homes sudorosos e mais ou menos atléticos com os que coincidim no caminho, consequências de a rota para a casa passar por onde todo o mundo sai correr quando se pom o sol, uuh. Claro que tamém podia ser simplesmente polo barulho tamborileiro do trem, coma quem que diz.
Isso si, como segunda experiência com eles, talvez nom seja recomendável de tudo um passeio às presas, costa arriba primeiro, costa abaixo logicamente à volta, de para aí aproximadamente 40 minutos no total. Coitadas das minhas canelas!! É-che umha risa que até tivem que parar e sentar 5 minutos a comentar um pouco com Valle a paisagem anatómica que se desenvolvia ante a nossa vista.

*Pode nom parecer muito, mas considerando que os meus talons vam habitualmente a rentes do chao, calculem. Nom sei, a sério que nom sei se efectivamente tenhem algum efeito, valha a redundância, estético-estrutural, por assim dizer, na posiçom ou no movimento (à parte de ocasionais tropeços :P). Por outra parte, também nom está de mais provar de quando em vez algumha tortura que nom seja a meramente psicológica :P, por umha simples questom de saúde mental! ;)
[Imagem de por aí]

Imaginem, imaginem que essa colega de trabalho, essa que nom cala nem debaixo das auga e que nom contente com isso só faz dizer parvadas sem interesse, tem um blogue. Ou nom só tem um blogue, senom que tem um blogue que ledes habitualmente.
Meudeus!
Nom, nom, me aconteceu exactamente isso (mas parecido), mas imaginem só que lhes acontecesse às minhas colegas de trabalho!!